El pasado 31 de marzo la famosa casa parisina Drouot puso a subasta 68 piezas precolombinas, de las cuales 59 pertenecían a México y las nueve restantes procedían de Costa Rica, Ecuador y Perú. Dicha subasta generó enorme polémica ya que el gobierno de Ecuador pidió la cancelación de la venta de dos piezas a través de una firma de abogados que solicitaron la recuperación de los bienes culturales.

Posteriormente el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) de nuestro país puso a un grupo de expertos, junto con la participación de la Consultoría Jurídica de la Secretaría de Relaciones Exteriores, para realizar un proceso de evaluación del catálogo de la mencionada subasta. Tres días antes de la venta, el mencionado instituto mencionó que 34 de las piezas mexicanas no eran auténticas, y se solicitó la intervención de la Secretaría de Relaciones Exteriores con la finalidad de presentar las pruebas ante las autoridades francesa correspondientes.

La casa Drouot se limitó a desmentir tanto los argumentos del gobierno mexicano como ecuatoriano, y agregó que los gobiernos de Latinoamérica “deberían colaborar con las casas de subastas” con la finalidad de agilizar los procesos de venta de manera legal.

La colección fue vendida por la esposa de un magnate estadounidense quien llegó a comprar hasta 2 mil 500 piezas de arte precolombino entre 1980 y 2000; la familia decidió mantener el nombre en el anonimato. De acuerdo con una declaración de Jacques Blazy (encargado de la venta) a una agencia de noticias, se trata de “la colección privada más bella de cultura olmeca, la más antigua de México”.

La pieza que acaparó las miradas fue la Venus Calipigia, de la cultura Chupícuaro (400-100 antes de Cristo), de cerámica de barniz rojo y blanco. Esta «diosa madre» o «madre tierra», está considerada «la hermana» de la Venus convertida en el emblema del museo del Quai Branly de París, así como una de mucho mayor tamaño que fue rematada en el 2013 por 2,5 millones de euros. Finalmente la Venus Calipigia, de esta subasta, se vendió en más de 250 mil dólares

Tal fue la polémica que hasta el momento la casa subastadora ha mantenido los resultados del evento en un perfil muy bajo, incluso en asuntos mediáticos. Lo que se ha dado a conocer es que la subasta superó los 3 millones de euros.