La subasta cada vez más posicionada
Sin duda el recurso de la subasta es una opción que ha subido de peldaños en la mente de muchas personas: desde gerentes que quieren deshacerse de mobiliario o equipo hasta compradores que intentan ampliar el abanico de posibilidades para obtener el mejor precio.
A pesar de lo anterior aún hay cierto nivel “intimidante” a la hora de involucrarse en las subastas… tanto para el que quiere vender como para quien desea adquirir. En buena parte dicho temor nace del prejuicio de que esta clase de eventos está vinculado con el mundo del glamour y con personajes especializados e iniciados en determinados temas… como por ejemplo el arte. En otros sectores, como el de maquinaria pesada o flotillas vehiculares la limitante está en ocasiones en cierta desconfianza ante el producto y el proceso mismo.
Afortunadamente el mundo de las subastas ya no sólo se limita al arte sino a una amplia gama de productos; las casas subastadoras se han convertido en empresas muy diversificadas donde ofrecen no sólo diferentes servicios sin también actividades y herramientas que pueden usar tanto los consignatarios como los posibles compradores. Dicha apertura permite mover una serie de engranes en diferentes mercados. Pero la esencia de la subasta, independientemente de lo que se oferte, es el proceso inseparable de Consignación/Venta.
La consignación consiste en obtener piezas u objetos de diferentes rubros (mobiliario, maquinaria, arte, ropa, etc., etc., etc.) que tengan potencial de venta en determinados mercados. Esta fundamental pieza de las subastas puede ocurrir por diferentes circunstancias: ya sea que una persona tenga la necesidad u obligación de sacar determinado objeto o grupo de objetos, por necesidad económica, por negocio o simplemente porque la persona no le atribuye la “importancia” que otro sector podría darle. Las razones pueden ser diversas pero lo importante es que la pieza u objeto tenga ya sea “valor de cambio” o “valor simbólico”.
Evidentemente existen grupos de personas especialistas quienes ejercen una práctica de valuación para determinar qué tanto vale un objeto y hasta dónde puede llegar el monto de venta. No importa si se trata de un tractocamión o de una joya, todo producto debe pasar por dicho proceso de valuación. Cabe destacar que cada casa subastadora tiene su proceso determinado y su personal asignado para realizar este proceso; evidentemente si usted cuenta con una pieza que considere valiosa también puede acercarse a otras opiniones para tener mayor referencia.
Posteriormente viene el proceso de venta. Desde el asunto de forma este rubro se limita a que alguien adquiera el bien, pero la labor que hay detrás para lograr el objetivo final es lo importante. La herramienta básica y de gran tradición en el mundo de las subastas es el catálogo, el cual muestra gran cantidad de información en relación con los bienes. Las especificaciones, características y beneficios son las principales características de estos documentos.
Hoy en día se presentan algunas otras herramientas que permiten hacer campañas de publicidad no sólo en el terreno offline sino también online: mailing, sitios web y redes sociales son algunas de las opciones que tienen las casas subastadoras para atraer y cautivar al público específico para determinada subasta.
Sin lugar a duda las subasta cada día se posicionan mejor en la mente tanto de consignatarios como de compradores. Los últimos años de esta década seguramente marcarán un avance considerable en este sector.