¿Qué es una subasta y cuáles son sus beneficios?
La venta de un producto basado en la competencia directa se define como “subasta”; alrededor de esta palabra existen una serie de prejuicios que, en ocasiones, alejan a la gente a participar. Para empezar a desmitificar los procesos de subastas es importante mencionar que no se requiere de un código de vestimenta en particular, y mucho menos pertenecer a una determinada clase social.
Lo que sí es indispensable es tener una actitud abierta que permita conocer otra forma de vender y/o adquirir artículos. Los beneficios de las subastas son tanto para los consignatarios (personas que celebran acuerdos con casas subastadoras para vender determinados bienes) como para los compradores; por ejemplo, si alguien tiene como responsabilidad vender el mobiliario o el equipo que ya no es necesario para la operación de la empresa para la que trabaja, las subastas representan una opción no sólo práctica y rápida sino también transparente.
En esta ocasión nos centraremos más en el rol de comprador, es decir, en esa persona que decide acercarse a las subastas para adquirir determinado bien. Hay un par de consideraciones iniciales que se deben tener presentes a la hora de participar: 1) consultar la respectiva convocatoria, y 2) revisar el catálogo (ya sea impreso o en línea) donde se muestran los bienes así como ciertas características y condiciones. La gama de productos que se subastan es muy amplia: desde arte hasta maquinaria pesada, pasando por joyería, mobiliario para oficina, equipo industrial, flotillas vehiculares y todo producto que cruce por tu cabeza.
Una vez que corrobores que la subasta ofrece el producto que requieres, será necesario adquirir las bases (documento que contiene toda la información de la subasta; normalmente se paga por este documento como parte del registro), realizar el registro y, en caso de una subasta presencial, presentarse al evento el día, lugar y horario señalado. Cabe mencionar que el registro implica la entrega de cierta documentación y las garantías de seriedad correspondientes a los lotes por los que se tienen interés; normalmente se deja un depósito de aproximadamente el 10% del precio de salida.
Es importante que compruebes que el bien o los bienes por los que tienes interés se encuentren en buenas condiciones. Para ello es necesario que preguntes por las visitas oculares, las cuales se realizan previo al día de la subasta y sirven para revisar los productos. Durante el evento se te entregará una paleta (algo similar a una raqueta de tenis de mesa) que servirá para realizar las pujas, es decir, las ofertas para los objetos que deseamos adquirir.
Si resultas ganador de un lote (producto o artículo), la garantía de seriedad se convertirá automáticamente en una garantía de cumplimiento con la finalidad de asegurar el pago total del bien o bienes adquiridos. Normalmente las casa subastadoras dan cinco días hábiles después del cierre del evento para liquidar.
Entre los beneficios de adquirir bienes a través de las subastas se encuentran: transparencia, excelentes productos, precios por debajo del promedio, seguridad, comodidad y una gran gama de productos, entre otros.
En diferentes partes del mundo, las subastas cuentan con una amplia tradición y resultan prácticas habituales. En México la trayectoria no es tan añeja, quizá apenas 15 años. Pero lo que también es verdad es que poco a poco las subastas empiezan a posicionarse como una extraordinaria opción para adquirir bienes.