Arte al mejor postor ¿Qué pasa en realidad en las subastas de arte?
Las subastas de arte han existido por muchos años más de lo que podríamos imaginar. Si alguna vez te has preguntado cuándo se originaron y cómo funcionan, aquí te explicaremos un poco más.
Las subastas de arte tienen sus orígenes alrededor del siglo I A.C., cuando, tras la conquista de Grecia, el coleccionismo empezó a cobrar importancia, lo cual incrementó la venta de obras de arte con el fin de venderlos posteriormente en períodos de dificultades económicas. De esta manera se pusieron las bases de lo que hoy en día llamamos mercado del arte.
En la actualidad, nos referimos a las subastas como la venta de obras de artistas de renombre que se convierten en noticia por las cotizaciones millonarias que resultan de las ofertas de los compradores. Generalmente, se piensa que las subastas de arte están enfocadas para las élites, para un sector exclusivo de la población al cual es complicado acceder. Sin embargo, debemos saber que es totalmente lo contrario. A una subasta se puede asistir sin la obligación de comprar. La subasta puede prestarse como una excelente ocasión para disfrutar de arte que no conocemos, como una exposición de obras que difícilmente se puedes ver en otros espacios.
Otra idea errónea sobre las subastas es que únicamente se venden obras con precios demasiado altos para coleccionistas. La realidad es que, en una subasta, puedes encontrar obras interesantes con precios de salida de todos tipos.
Entonces, ¿cómo funciona una subasta?
Una casa de subastas actúa como mediadora entre el propietario y/o vendedor, en nombre de éste, y los posibles compradores. El precio de salida de cada pieza es determinada a través de un mutuo acuerdo entre la casa subastadora y el vendedor tras realizar una evaluación y estimación realizada por los valuadores de la casa. Los compradores interesados en alguno de los lotes o bienes por subastarse, tienen la oportunidad de verlos en vivo y conocer los detalles y especificaciones de los mismos.
El precio de salida de cada lote constituye el precio mínimo de venta en la subasta. Las pujas de las piezas son previamente definidas en función del precio de salida del lote. Para poder seguir participando en la subasta, el incremento de la puja deberá ir acorde a determinados intervalos de precios entre los que está comprendido el valor de cada lote. Como ya es sabido, el lote se adjudica al mejor postor, que se convierte así en su nuevo propietario.
Para participar en la puja, los interesados en las subastas deben registrarse ya sea directamente en las casas subastadoras o en sus portales web. Si no has asistido nunca, te animamos a que participes en alguna de las subastas de arte de casas como GIMAU y Morton, que encontrarás en nuestra sección de SUBASTAS.