Son muchas las razones que orillan a los acreditados del Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit) ha abandonar el inmueble que tramitaron con dicha institución. Y por abandonar debemos entender que no sólo se desentienden de las aportaciones sino que, a toda costa, quieren deshacerse de lo que consideran un problema más que un patrimonio.

Pérdida de trabajo, una casa que no cumplió con sus expectativas, inseguridad de la zona e inconformidades con las constructoras, entre otras, son las causas por las que los trabajadores desisten; todas se pueden agrupar en una categoría: desinformación a la hora de tomar la decisión de comprar una vivienda.

El Infonavit ha decidido sacar provecho de tan lamentable situación: hasta el momento ha realizado cuatro procesos de subastas de viviendas recuperadas, con los cuales ha obtenido cerca de mil 500 millones de pesos. En un lapso de seis meses, la dependencia ha colocado más de 6 mil viviendas en diferentes puntos del país.

De acuerdo con el propio instituto seguirán con “el proceso de recuperar de viviendas, con la finalidad de volverlas a poner en el mercado, y así brindar más opciones a la población para un patrimonio”.

Sin lugar a duda se trata de una medida que ayuda a diversos sectores de la población en uno de los objetivos más seguidos por las personas: comprar su casa y garantizar cierto patrimonio.