La subasta de reliquias y objetos personales de gerifaltes nazis celebrada por la casa muniquesa Hermann Histórica el sábado, entre ellos Adolf Hitler, su amante Eva Braun y su lugarteniente Hermann Göring, recaudó unos 900.000 euros, muy por encima de los 176.000 euros previstos por los organizadores.

Según informaciones del diario Bild no confirmadas por Hermann Histórica, que ya anunció que no revelaría ni la identidad de los compradores ni la cuantía de las pujas, el lote estrella no fue la cápsula donde Göring escondió el cianuro con el que se suicidó dos antes de la hora de su ejecución en la horca, con un precio de salida de 25.000 euros, sino la última chaqueta militar lucida por el "fürher". Se pagaron 275.000 euros.

El comprador fue un hombre que dijo ser "argentino" y representar a un museo, que no identificó. Además de la chaqueta y de la cápsula en cuestión, adquirió reliquias nazis por 600.000 euros, entre ellos unos pantalones de Hitler por 62.000 euros, y, por 21.000 euros , una radiografía de la cabeza del dictador tomada tras el atentado que sufrió en 1940.

El misterioso "argentino" subió la puja hasta los 3.400 euros en la subasta del gorro de piel de Göring y no le tembló la mano al alzarla, ya en la franja de los 42.000 euros, por un reloj, también de Göring.

Los calcetines de Hitler y corbatas a subasta se los llevó por 18.000 euros una persona que pujó por teléfono, mientras que el conjunto de camisa de dormir y los calzoncillos de seda de Göring, con un precio de salida de 500 euros, se vendieron por 3.000
euros.

Los 169 lotes de objetos subastados procedían de la colección de estadounidense John K. Lattimer, uno de los médicos encargados de asegurarse durante el proceso de Nuremberg de que los prisioneros nazis que iban a ser sometidos a juicio no intentaban eludir el banquillo por razones de salud. Los puso a disposición de Hermann Histórica la hija del coleccionista.

Otros lotes del catálogo incluyeron vestidos de la amante de Hitler, Eva Braun, la ropa que llevaban los nazis procesados en Núremberg en el día de su ejecución el 16 de octubre de 1946, cartas manuscritas del jefe de las SS, Heinrich Himmler y de su colega Reinhard Heydrich, el verdugo de Hitler y conocido como el "carnicero de Praga".

La subasta de Hermann Histórica ha sido muy restringida con la finalidad de evitar clientes no deseados, los expertos preverían que sería un éxito y no sólo por la excepcionalidad de algunas de las piezas a subasta, sino porque el mercado de reliquias del nacionalsocialismo es boyante.

De acuerdo a esas fuentes, la mayor parte de las ofertas este tipo de objetos proceden de Polonia y los compradores se encuentra en todo el mundo, empezando por millonarios rusos, seguidos de coleccionistas de países árabes y asiáticos. Tras la subasta el sábado, calificada de "repugnante" por representantes de la comunidad judía, se añade América Latina, aunque el argentino bien podría ser un testaferro.

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